La sociedad pública de ferrocarriles franceses (SNCF) rembolsará los 5,10 euros que hizo pagar a un pasasajero que transportaba caracoles vivos para los que no había comprado un boleto, pese a haber considerado que los gasterópodos deben pagar como todo animal doméstico.
A comienzos de mayo, una controladora del ferrocarril había exigido a un pasajero que llevaba caracoles vivos en una caja, que pagara 5,10 euros por sus compañeros de viaje, explicó el martes una portavoz de la SNCF, dando su versión del hecho que fue ampliamente publicitado.
Como en el caso de un gato, de un perro, o de un canario, la controladora "aplicó el reglamento" que exige un billete por todo animal de menos de 6 kilos transportado en una bolsa o un canasto, precisó la empresa pública.
Cuando se trata de animales de más de 6 kilos, hay que pagar un billete de media tarifa.
Frente a las repercusiones y los comentarios burlescos que provocó el hecho, la SNCF se comprometió a devolver los 5,10 euros al propietario de los caracoles, explicó la portavoz, que precisó que el pasajero sólo había pagado el pasaje sin la multa que se aplica por viajar sin billete.
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